miércoles, 12 de febrero de 2014

Evidencia 2: Las funciones comunicativas



Módulo 2: Las funciones comunicativas




A continuación expongo las conclusiones a las que hemos llegado tras un extenso debate entre los miembros de mi grupo.

¿En cuál de las dos actividades tienen los alumnos mayor libertad expresiva?

Consideramos que en la actividad B el alumno tiene una mayor libertad expresiva por diversos motivos. En primer lugar, la actividad A es de carácter cerrado; el alumno cuenta con las formas que debe utilizar para realizar el ejercicio (poder+infinitivo o imperativo), mientras que en la segunda son ellos mismos quienes deben reflexionar sobre cuál es la más adecuada y usar todas las destrezas posibles teniendo en cuenta aspectos ineludibles como el emisor, el receptor, el destinatario o la situación comunicativa. En segundo lugar, la primera actividad solo incluye un conjunto de oraciones que deben convertir en peticiones, pero no se produce ningún intercambio comunicativo. El segundo ejercicio ofrece la posibilidad de interaccionar mediante un sencillo juego de rol que se produce dentro de una situación comunicativa cotidiana, una oficina, y dos papeles bien definidos : el jefe y un empleado. De esta manera, no se trata simplemente de saber rellenar el ejercicio utilizando las formas para realizar peticiones, sino que el alumno se sumerge en un contexto comunicativo determinado. Además, el estudiante tiene libertad para producir el texto de la forma que desee y considere oportuna y podrá recurrir a otro tipo de conocimientos ya asimilados con anterioridad, por lo que la asimilación de nuevos contenidos estará más contextualizado.

Sin embargo, en la actividad A nos faltaría conocer el contexto cultural donde se produce la conversación entre el jefe y la secretaria. Esto resulta de suma importancia ya que, por ejemplo, si se tratase de España, no resultaría descortés utilizar estas dos formas (poder+infinitivo o imperativo), de hecho serían las opciones más adecuadas de abordar el tema. No tenemos la necesidad de dar las gracias por todo, aunque sí que hay momentos clave en los que es conveniente hacerlo. La forma poder + infinitivo es más cortés en español, pero no ocurre lo mismo en otros países como Tailandia, donde al utilizarla se pone en duda la valía de la persona. También en algunos países europeos, como por ejemplo en Inglaterra, es impensable en el mismo contexto no usar el :” ¿Te importaría hacer me dos fotocopias, por favor?, ya que resultaría tremendamente maleducado.

Además, el ejercicio A, aunque nos dé las nombradas directrices, no excluye cualquier otra otra muestra de cortesía. Es decir, que se pueden añadir sin problemas "por favor" etc.: “¿Me puedes traer por favor un café? o “Tráeme un café por favor”. La presencia del "por favor" bastaría como muestra de cortesía. De hecho, si utilizáramos en este mismo contexto una fórmula diferente a las ofrecidas (por ejemplo, el condicional): “¿Te importaría por favor traerme un café?" nos resultaría extraño e incluso pomposo y artificial.

Por todo esto, resulta de vital importancia el uso correcto de la gramática del idioma que quieres aprender a la vez que el conocimiento expreso de las connotaciones socio-culturales del país en el que te encuentras.


¿Cuál es mejor para aprender a realizar peticiones en español? ¿Por qué?

Aunque existen diversas opiniones diferentes dentro del grupo, todos estamos de acuerdo en que la segunda actividad resulta idónea para realizar peticiones debido a su enfoque comunicativo y a la oportunidad de que los alumnos trabajen en parejas e interactúen entre ellos. Este contexto comunicativo de aprendizaje favorece la adquisición de conocimientos, ya que no se trata de un ejercicio mecánico de escribir frases, sino de una conversación en un contexto concreto dentro de la vida cotidiana. De esta manera, los alumnos podrán desenvolverse mejor al enfrentarse ante una situación comunicativa real entre hablantes nativos.

Además, opinamos que después se podría realizar una puesta en común entre las diferentes parejas y sacar las conclusiones sobre las diferentes formas de pedir en español. De esta manera, los estudiantes pueden acordarse mejor de los errores cometidos que si simplemente realizan un ejercicio de rellenar frases.

Sin embargo, algunos miembros del grupo también consideran que la actividad A también resulta útil por tratarse de un ejercicio sin demasiada complejidad que además se corresponde con muchos esquemas sociales y laborales compartidos, al menos en España.


¿Permiten las dos actividades valorar si el alumno sabe formular peticiones de manera adecuada? ¿Por qué?

La segunda actividad nos permite valorar si el alumno sabe formular peticiones, ya que no excluye ninguna posibilidad de expresión y permite al profesor ir escuchando los diálogos de los alumnos y corregir los fallos o aspectos que necesitan reforzarse, así como añadir explicaciones en cuanto a la adecuación de las formas escogidas.

En cuanto a la primera actividad, se podría valorar si el alumno sabe formular peticiones, pero de manera limitada, ya que no tenemos suficientes datos del contexto comunicativo. Quizá sería adecuada para realizarla como primera actividad antes de realizar el ejercicio B. Sin embargo, mediante esta actividad, los alumnos tienen el 50% de posibilidades de acertar, así que los profesores no podríamos valorar si sus aciertos son fruto del conocimientos o de la mera suerte.


¿Utilizaría en clase las dos actividades, solamente una o ninguna? ¿Por qué?

La segunda actividad la utilizaríamos sin duda y resultaría muy interesante analizar a posteriori las fórmulas establecidas por cada uno de los participantes o incluso cambiar los papeles y que a continuación el jefe hiciese de empleado y viceversa. También se podría repasar a priori otro tipo de ejercicios, vídeos relacionados con el tema, conceptos sobre lo que son las fórmulas convencionales y diversas situaciones de comunicación intercultural. Es decir, utilizarla como una actividad complementaria a unos conceptos previos.

La actividad del ejercicio A podría utilizarse como actividad introductoria del tema, para ayudar a mis alumnos a familiarizarse con las fórmulas o por el contrario, como repaso, ya que a pesar de tratarse de una actividad anticuada, descontextualizada, que no responde a una realidad, etc. porque en ocasiones, la mejor forma de asimilar una estructura es mediante ejercicios repetitivos y automáticos como el que esta actividad nos plantea. Además, no todas las metodologías funcionan con todo tipo de alumnos y quizá esta es una buena forma de ayudarles a asimilar ciertos contenidos.


Como conclusión, hemos debatido sobre si resulta algo paradójico que tratándose de pragmática, de algo tan relacionado al ser humano y al comportamiento y a las distintas situaciones comunicativas, existan fórmulas para sistematizarla y para enseñar. Desde el punto de vista comunicativo, no parece muy apropiado otorgarle a un alumno una lista de formas para que se memorice cómo realizar las preguntas de la manera más adecuada. Sería más adecuado que el alumno aprendiera a pensar en otro idioma y razonara por él mismo. Esto podría adquirirse mediante el empleo de vídeos con situaciones reales, audios y, sobre todo, analizando las distintas formas de proceder en diversas sociedades, así como las consecuencias que puede tener no utilizar las más adecuadas.

Sin embargo, hay cosas que deben ser enseñadas puesto que no son fáciles de razonar por parte de los aprendientes. Es por ello que resulta necesario conocer estos esquemas socialmente compartidos por una comunidad concreta y transmitirles esa información a nuestros alumnos por medio de actividades, vídeos y, en general, todo el material que contribuya a ello.

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